Comunicado: nuestras vidas y salud son lo primero

En medio de un panorama complejo para el conjunto de la clase trabajadora a nivel mundial marcado por un escenario de crisis sanitaria producto de la rápida propagación del COVID-19, se ha profundizado la precarización en los puestos de trabajo y cargado el grueso de los costos económicos de la emergencia a las y los trabajadores. Y, en Chile, esto no ha sido la excepción.
Solamente durante el mes de marzo han sido desvinculadas casi 300.000 personas bajo la excusa de la epidemia. El 26 de marzo la Dirección Nacional del Trabajo emitió un polémico dictamen que señaló que los empleadores no deben pagar los salarios cuando su actividad se vea afectada por el coronavirus. Solo algunos días después se promulgó la “Ley de Protección al Empleo”, a la cual se han acogido 56.000 empresas, quienes se eximen del pago de remuneraciones, debiendo los cerca de 800.000 trabajadoras y trabajadores afectados, “pagarse” desde los fondos de su seguro de cesantía. Y para finalizar, el gobierno ha ingresado un proyecto de ley que busca suspender las negociaciones colectivas por lo menos durante 5 meses. Como se puede apreciar queda claro de qué lado está el gobierno y que los intereses que defiende no son los de las familias trabajadoras, las más afectadas por este contexto de pandemia.
Nuestro sector ha sido uno de los más golpeados con cerca de un 41.5% de aumento de despidos –respecto a la misma fecha del año pasado-, sumado a que lo inestable de la relación laboral –contratos a plazo, por faena, etc.- hace que muchos compañeros y compañeras no puedan acogerse al “beneficio” del seguro de cesantía por no cumplir los requisitos mínimos y muchos otros han sido obligados a “tomarse” vacaciones. Toda esta situación se agrava aún más en la población migrante –sobre todo haitiana-, que se ve expuesta a numerosos abusos por desconocer los derechos laborales del país. Por su parte, la Cámara Chilena de la Construcción proyecta la pérdida de 75.000 empleos durante este año, lo que equivale a un 12% de desocupación en el gremio.
Durante esta semana se conmemoran dos fechas muy relevantes para las trabajadoras y los trabajadores de la construcción y el montaje industrial: el martes 28 de abril el “Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo” y el viernes 1 de mayo el “Día Internacional de las Trabajadoras y los Trabajadores”. Por todo lo ya dicho, queremos aprovechar estas dos fechas para movilizarnos y exigir la dignidad que merecemos. No puede ser que las empresas afiliadas a la Cámara Chilena de la Construcción sigan despidiendo compañeras y compañeras, y que se acojan sin ninguna justificación a la “Ley de Protección al Empleo”. Para poder construir la fuerza necesaria para proteger la salud y el bienestar de nuestra gente es urgente construir una vinculación permanente con otras organizaciones del mundo sindical y social, y avanzar hacia una negociación de carácter ramal. No queremos más muertos en las obras y faenas, ni tampoco fuera de ellas producto de la cesantía o de un sistema de salud público colapsado que será incapaz de contener al COVID-19.
¡NUESTRAS VIDAS Y SALUD ANTES QUE SUS GANANCIAS!
¡QUE LA CRISIS NO LA PAGUE LA CLASE TRABAJADORA!
SINTEC-CHILE