Finaliza toma de Estadio Ester Roa: consiguen asignaciones y bonos, mientras empresa y Estado quieren responsabilizar a trabajadores de retrasos.

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A las 9 de la mañana de este lunes es firmada, bajo la mirada de la prensa, el acuerdo entre los trabajadores, representados por SINTEC-Biobío y ratificado por la asamblea, la empresa Claro Vicuña Valenzuela (CVV) y la Municipalidad de Concepción (organismo mandante).

El acuerdo establece el pago de una asignación por colación de 30 mil pesos y por movilización de otros 30 mil pesos, aspectos que los contratos de los trabajadores no comprendía. Además se pagará un “incentivo de termino de obra” de 150 mil pesos líquidos para quienes se encuentren desempeñando sus funciones al momento del término de la relación contractual entre la municipalidad y CVV; y 100 mil pesos líquidos para quienes terminen sus contratos antes del término de la faena.

Lo anterior se pagará al momento de la subscripción de los respectivos finiquitos de los trabajadores contratados de manera directa por la empresa. Y beneficiará a alrededor de 450 trabajadores, entre jornales, ayudantes, maestros y cargos similares que se desempeñen en el terreno.

Desarrollo del proceso

La toma iniciada el viernes 13 de marzo comenzó tras la indiferencia de la empresa con el proyecto de negociación colectiva recibido el 9 de marzo por la misma y la dirección del trabajo. Este constaba con 14 puntos, entre los cuales destaca el reajuste del 20% del sueldo base, un aumento al 2.5 en el finiquito y la mejora de condiciones de higiene y seguridad, que finalmente la empresa solo reconoce dos: movilización y alimentación.

Al no conocer posición alguna de la empresa, los obreros en asamblea deciden radicalizar su postura exigiendo una mesa de negociación que se abre a eso de las tres de la tarde del mismo viernes, donde se demuestra la inflexibilidad de CVV en transar las demandas de los trabajadores, pidiendo la reanudación de la obra.

Es así como entra la Intendencia y la Dirección del Trabajo como entes mediadores, tensando la posición de la empresa, la cual envía una propuesta que comprenden los 60 mil pesos por alimentación y movilización, más 150 mil pesos en razón a los días trabajados desde el termino del conflicto hasta el fin del contrato de los trabajadores, por lo que un obrero que era despedido al día siguiente de esa fecha percibiría 3 mil pesos. Lo cual fue rechazado inmediatamente por la asamblea.

Por su parte, la Municipalidad de Concepción, a través de afirmaciones de su alcalde, Álvaro Ortiz, estableció que era una “movilización ficticia”, respaldando la declaración pública emitida por CVV.

Acuerdo y desacuerdo

Dentro del acta firmada, tanto la empresa como los órganos del Estado vinculados al conflicto, responsabilizan al sindicato de que se cumplan los plazos de construcción del estadio, teniendo que presionar los trabajadores a labores más extenuantes aún para que se realice la Copa América.

“A nosotros como organización y trabajadores de la construcción, no nos pueden responsabilizar de las falencias de la empresa con sus trabajadores; finalmente ellos son quienes dieron las pésimas condiciones laborales, monetarios y de vulneración de derechos. El avance del estadio depende de que contraten más gente, de manera que dejen de desconocer el pago de horas extra, punto que la empresa tampoco quiso tocar”, declara Jesús García, presidente SINTEC-Biobío.

De esta manera también se pone en evidencia la relación de la FIFA, sus capitales, y empresas relacionadas, con quienes les hacen los estadios, problema que arrastran a nivel mundial, desde Brazil, Qatar hasta nuestro territorio. Donde el espectáculo futbolístico resulta más importante que la dignidad de quienes se parten el lomo construyendo.