Estatuto laboral juvenil: tiempos mejores solo para los patrones

Hace algunos días se aprobó en la cámara de diputados el estatuto laboral juvenil, el cual merma considerablemente los ya escasos derechos de las y los jóvenes trabajadores-estudiantes (de entre 18 y 28 años), dando un poder casi total al empleador de disponer a su voluntad de la fuerza de trabajo de este segmento de la clase trabajadora. El estatuto implica la pérdida del fuero maternal para las compañeras, del tiempo de colación, de la indemnización por años de servicios, el patrón tiene la potestad de despedirte por uso de licencias médicas, las jornadas de trabajo pueden ser de 12 horas diarias extendibles, y otra serie de medidas, es lo que nos quieren imponer. En torno a este tema, conversamos brevemente con Angelo Ayala, delegado del SINTEC de la Región Metropolitana.
¿Qué opinas de este nuevo estatuto para las y los trabajadores-estudiantes jóvenes que se quiere imponer?
Nosotros creemos que está cumpliendo dos roles por lo menos; el primero de ellos es el ataque directo a quienes están obligados a trabajar y estudiar al mismo tiempo, que son las y los estudiantes más esforzados, más vulnerables y más pobres; y también se busca continuar con el gran negocio del endeudamiento en la educación, ya que con esta medida estos/as jóvenes ya no podrán trabajar y deberán pedir créditos, optar por encalillarse o buscar subvenciones –que sabemos que son muy pocas- para poder costearse sus estudios superiores.
En la construcción vemos casos de jóvenes, generalmente técnicos, que gracias a su trabajo pueden pagar sus estudios en horarios vespertinos. Esto no afecta a las y los estudiantes de clases acomodadas que tienen sus vidas aseguradas, que no tienen necesidad de trabajar, ya que sus padres les pagan todos sus gastos.
¿Cuáles crees que son los puntos más críticos de este nuevo estatuto laboral juvenil?
Lo que está en juego es la flexibilidad laboral de las y los jóvenes. Es más precarización. Esto es el tema central. Por debajo, creo que se puede apelar a la pérdida de derechos fundamentales, como lo son el fuero maternal, pero lo más importante, es el ataque del gobierno a las organizaciones sindicales, no reconociendo fueros de dirigentes/as o delegados/as. La tasa de sindicalización ha ido en un paulatino aumento, y yo creo que eso se debe a la conciencia y la participación más activa de las y los jóvenes en el mundo del trabajo.
Este estatuto va en contra de quienes cursan carreras técnicas en institutos y centros de formación. Quienes estudian en universidades no tienen mucho tiempo para tener trabajos estables –por todo lo que tienen que estudiar- y cuando están obligados a trabajar lo hacen en pegas part-time los fines de semana normalmente en el sector de servicios o retail. En el fundo se busca seguir endeudando a los sectores más desfavorecidos de la clase trabajadora y que la educación siga siendo un bien de mercado y no un derecho.
¿Y en el gremio de la construcción?
La indemnización por años de servicio no es un derecho en un contrato por obra, faena, hito, a trato o, a plazo. En el caso de las horas extras, no tenemos la posibilidad de negarnos, ya que si dos veces seguidas los viejos no se quedan, el patrón los echa altiro de la pega, así fácilmente. La flexibilidad es algo común en nuestro gremio y por eso nos organizamos en sindicatos para luchar contra ella.
Lamentamos que esto se extienda a más gente que vive de su trabajo y debemos hacer algo lo más pronto posible para que esto no sea ley. Los tiempos mejores llegaron, pero para los de siempre, los empresarios y la clase acomodada, los más adinerados.