Frente a la crisis actual debemos resistir y organizar

De acuerdo a los datos informados por el INE, el desempleo alcanzó el 9,4% en el trimestre febrero-abril de 2020, esto sin considerar a quienes se encuentran con sus contratos de trabajo suspendidos, que ya superan el medio millón de trabajadores. En lo relativo a nuestro sector, hoy trabajan 682.000 compañeros en la construcción, lo que representa una disminución de un 11,7% en relación al año pasado, es decir, se han perdido varios miles puestos de trabajo.

 

Según una encuesta de la Universidad de Chile realizada a los socios de la Cámara Chilena de la Construcción, el 64.5% de los empresarios reconoció que despidió a trabajadores luego del estallido social y la pandemia. A pesar de ello, el Presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, afirma que existe entre sus socios la voluntad y decisión de aumentar la carga de proyectos para generar puestos de trabajo. Al mismo tiempo, sostiene que la solución de la incertidumbre actual no pasa solamente por las medidas paliativas de la pandemia, sino que es necesaria una mirada de desarrollo económico. Indica que aún existen problemas de orden público que resolver y una discusión social e institucional abierta sin límites ni plazos acotados, por lo que sería natural que el proceso de compras e inversiones se congelen y destaca que esto se debe resolver mediante una decisión acordada por la sociedad. Como podemos ver, la patronal tiene claro que el problema al que nos enfrentamos no es solo económico, sino también político y a pesar de declarar que tienen la voluntad para generar puestos de trabajo, ya insinúan que sus compras e inversiones dependen de cómo se solucione el problema social.

 

Por nuestra parte, sabemos que el estallido social continuará, probablemente con mayor cantidad de personas en las calles, debido al comportamiento hostil que ha tenido el Gobierno, el que ha mostrado su cara más represiva, con militares en las calles controlando cada movimiento de las y los trabajadores, pero dejando a las empresas en libertad para hacer y deshacer con nosotros, bajo la consigna de “la defensa al empleo”. Tenemos claro que en realidad esto se ha traducido en despidos, suspensiones, no pago de remuneraciones y el abandono de las y los trabajadores contagiados de COVID-19, quienes deben solventar los gastos de la enfermedad, entregados a un sistema de salud totalmente colapsado. En la Región Metropolitana en las comunas más pobres, la cuarentena total no ha surtido prácticamente ningún efecto, debido a que la población debe seguir trabajando porque el Estado no ha garantizado absolutamente nada.

 

Tristemente, la política del actual gobierno recuerda mucho a la de la Dictadura, que dejó una clase trabajadora descompuesta, con bajísimos niveles de sindicalización y sin un proyecto para sí misma, por lo que es importantísimo rescatar el germen de reorganización que vivimos durante los últimos meses previo a la llegada de la pandemia para no repetir la historia.

 

Es por esto que desde el SINTEC hemos iniciado una campaña de afiliación para articular a las y los trabajadores de la construcción, recalcando que la participación en las asambleas es esencial para generar una organización fuerte que nos permita ser un actor relevante en la defensa de los trabajadores ante la crisis social que ya está provocando la pandemia, la que creemos inevitable. Aunque proyectamos que las cifras del desempleo, por los antecedentes ya entregados, bajarán para el 2021, pues volverá a reactivarse la economía en el país, los actuales niveles de cesantía generarán un golpe significativo para miles de familias.

 

Pero lograr tener el poder real de decidir, es nuestro deber participar y fortalecer los territorios, las comunas, los centros sociales, organizaciones comunitarias, y sobre todo los sindicatos, en donde las y los trabajadores organizados tenemos la potencialidad de resguardarnos y ejercer la presión necesaria para llevar a cabo un proyecto común para una vida digna.

 

¡Que la crisis no la pague la clase trabajadora!

¡Arriba las y los que luchan!

 

[Editorial del N°9 de nuestro periódico «El Andamio»]