Negociación ramal en el sector de la construcción: una tarea posible y necesaria

En la actualidad, para que las y los obreros de la construcción tengan la posibilidad de mejorar sus condiciones de trabajo, es necesario enfrentar un difícil proceso de organización que no siempre da los resultados esperados. Es prácticamente una labor clandestina, que de resultar bien nos permite subir salarios y mejorar condiciones, pero no siempre resulta exitosa. Para peor, las negociaciones solo valen para la faena en que se negocia.
Es una cancha dispareja, que beneficia casi exclusivamente a las empresas y pone obstáculos enormes a las y los trabajadores.
¿Porqué simplemente no se lleva adelante una negociación ramal que nivele la cancha para todas y todos los obreros sector, igual que la mayoría de los países del mundo?
La respuesta es directa: porque en Chile, la negociación ramal fue prohibida durante la Dictadura Militar. El Código del Trabajo existente en nuestro país no permite la Negociación Ramal. Las razones que tuvieron los ideólogos del Régimen Militar para que no hubiera Negociación Ramal son básicamente tres:
1-Evitar y entorpecer la unidad sindical, pues teniendo un objetivo en común como ese habría un incentivo potente para dejar de lado las diferencias entre las y los trabajadores y poner a las organizaciones sindicales a trabajar juntas.
2-Evitar que la lucha de las y los trabajadores subiera sustantivamente los salarios para todos, incluyendo aquellos que no están sindicalizados, para asegurar la ganancia empresarial.
3-Evitar poner en riesgo a las pequeñas y medianas empresas que funcionan pagando los peores salarios. En esto, se incluye a la mayor parte de contratistas y subcontratistas, es decir, la Negociación Ramal sirve como un arma eficaz contra la subcontratación.
Pero el tiempo ha pasado y miles de trabajadores de la construcción ya van tomando conciencia de que la única forma de salir adelante es organizados. La única forma de que seamos respetados, que se garantice nuestra seguridad es teniendo fuerza. No hay otra manera.
Pero lo cierto es que esa fuerza que alcanzamos en tal o cual faena debe ser una fuerza nacional. Que nadie más se quede abajo. Es tiempo de pelear juntos y por todos. Es tiempo que abramos este debate de cara a las y los compañeros en cada obra y faena, puesto que una negociación ramal permitiría a amplios sectores obreros mejorar sustantivamente sus condiciones de trabajo y remuneraciones. Se trata de fijar un piso mínimo que sea respetado desde Arica a Punta Arenas, que garantice a miles de compañeras y compañeros condiciones dignas de trabajo.
Como mínimo levantemos un pliego con pisos mínimos:
-Sueldo mínimo de la construcción.
-Feriado Nacional de la construcción del 23 de diciembre al 2 de enero.
-Aguinaldo Fiestas Patrias y Navidad (1 Ingreso Mínimo Mensual).
-Almuerzo en obra a cargo del empleador.
-Seguro de vida y seguro complementario de salud.
Hernán González, Delegado del SINTEC-Chile
[Texto extraído de “El Andamio” N°5]